Capítulo 4
IV. En Samaria se opone a
la construcción de los muros.
A. Sanbalat, y Tobías se
burlan de la construcción.
1. Sanbalat le notifica a Samaria
la construcción.
a. 4:1 Cuando oyó
Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció
grandemente, burlándose de los judíos.
b. 4:2 Lo
notificó delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, diciéndoles: ¿Qué
hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios?
¿Acabarán en un día? ¿Acaso resucitarán de los montones del polvo las piedras
que fueron quemadas?
c. 4:3 Estaba
junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de
piedra, si subiere una zorra lo derribará.
2. Nehemías escucha la ofensa y
acude a Dios en oración.
a. 4:4 Oye, oh
Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve la burla que ellos
nos hacen sobre ellos, y entregarlos por despojo en la tierra de su cautiverio.
b. 4:5 No te
olvides de su iniquidad, ni perdones su pecado, porque se airaron contra los
que edificaban.
3. Construyeron hasta la mitad de
toda la muralla.
a. 4:6 Por
consiguiente, seguimos edificando, el muro, y toda la muralla fue terminada
hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.
b. 4:7 Pero
aconteció que oyendo Sanbalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los de Asdod,
que los muros de Jerusalén estaban siendo reparados, porque ya las grietas
estaban comenzando a ser cerradas, se encolerizaron mucho.
4. Conspiraron para que no
continuaran la obra.
a. 4:8
Conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño.
5. Nehemías ora ante Dios y coloca
guarda.
a. 4:9 En ese
momento oramos a nuestro Dios, por causa de ellos pusimos guarda contra ellos
de día y de noche.
b. 4:10 Luego, la
gente de Judá nos dijo: Los que limpian los escombros ya están cansados. ¡Hay
tanto que limpiar, que no podemos seguir reconstruyendo!
c. 4:11 Nos hemos
enterado que nuestros enemigos dijeron: Que ellos no sepan, ni vean, hasta que
entremos en medio de ellos, los matemos, y le hagamos cesar la obra.
d. 4:12 Sucedió
que cuando llegaban a Jerusalén, los judíos que vivían en las ciudades de
nuestros enemigos, nos dijeron que le repetían lo mismo hasta 10 veces,
diciéndoles: De todos los lugares de donde ustedes regresen a Jerusalén, ellos
vendrán en contra de ustedes.
e. 4:13 En ese
momento, por las partes bajas del lugar, detrás del muro, en los sitios
abiertos, distribuí al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y
con sus arcos.
6. Nehemías los alienta a no temer
y seguir con la obra.
a. 4:14 Después
miré, me levanté, dije a los nobles, a los oficiales, y al resto del pueblo: No
teman delante de ellos; acuérdense del Señor, grande y temible. Pelean por sus
hermanos, por sus hijos, sus hijas, sus mujeres y por sus casas.
b. 4:15 Cuando
nuestros enemigos se enteraron, que estábamos alerta en su plan de venir contra
nosotros, y que Dios nos ayudó, estando atentos a sus malas intenciones,
regresamos todos al muro, cada uno a su trabajo.
c. 4:16 Desde
aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, la otra mitad tenía
lanzas, escudos, arcos y corazas; detrás de ellos estaban los jefes de toda la
casa de Judá.
d. 4:17 Los que
edificaban en el muro, los que recogían los escombros, los que lo cargaban, con
una mano trabajaban en la obra, y con la otra tenían la espada.
e. 4:18 Porque
los que edificaban, cada uno tenía su espada sujeta a su cintura, así
edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba a mi lado.
7. Estuvieron construyendo y de
guardia.
a. 4:19 Dije a
los nobles, a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa,
nosotros estamos muy apartados en el muro, lejos unos de otros.
b. 4:20 En el
lugar donde oigan el sonido de la trompeta, reúnanse allí con nosotros; nuestro
Dios peleará por nosotros.
c. 4:21 Por
tanto, nosotros trabajamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde
la mañana hasta la noche.
d. 4:22 También
en ese momento dije al pueblo: Permanezca dentro de Jerusalén cada uno con su
criado, de noche sirvan de vigilancia y de día en la obra.
e. 4:23 Ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario